¿Has pensado alguna vez en la cantidad de aparatos electrónicos que has tenido a lo largo de tu vida? ¿Y en a dónde han ido a parar cuando su vida útil ha terminado?
Usamos infinidad de aparatos eléctricos al cabo de nuestras vidas, dispositivos que, sin embargo, acaban en la basura cuando han dejado de funcionar o ya no los queremos. Pero éste no debería de ser su destino real, podemos dotar a estos dispositivos de una segunda vida útil si usamos los canales de reciclado correctos.
Uno de estos canales es la preparación para la reutilización, en la que los residuos de estos aparatos eléctricos o electrónicos (RAEE) llegan a Plantas como la de Adalmo que se dedican, en colaboración con la Fundació Deixalles, a prepararlos para que puedan ser reutilizados. En su Centro de Preparación para la Reutilización (CPR) de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), éstos son testados y reparados de acuerdo con la normativa vigente y puestos a la venta con garantía de uso.
Con la recuperación de grandes electrodomésticos realizada durante los 2 últimos años hemos conseguido evitar la emisión de casi 37.500 kg de CO2 y ahorrado más de 1.510.000 litros de agua, lo que equivale a más de 1.903.000 árboles absorbiendo CO2 en un día y más de 7.550 duchas de 10 minutos.
De esta manera mejoramos los objetivos de recogida separada de estos residuos y contribuimos a la economía circular y al desarrollo sostenible. Aparte, las actividades de preparación de aparatos reutilizables son desarrolladas en su mayor parte por personas de colectivos vulnerables que adquieren o mejoran sus habilidades laborales.
Todos los dispositivos eléctricos que usamos en nuestro día a día pueden tener una segunda vida si los reparamos. Los usuarios somos los actores principales de un proceso en el que podemos ofrecerles un final apropiado que ofrezca la posibilidad de su reutilización, evitando que se conviertan en residuo y alargando su vida útil.