España genera más de 300.000 toneladas anuales de neumáticos, pero de ellas 100.000 toneladas carecen hoy de control y regulación frente a las 250.000 que están recibiendo un correcto tratamiento gracias a la tasa que paga el consumidor para su reciclaje.
De estas 100.000 toneladas sin normativa que las regule, la mitad proceden de los vehículos que alcanzan el final de su vida útil y acaban en los desguaces, y el resto son ruedas de gran envergadura de maquinaria agrícola, minera etc.
Las 250.000 toneladas correctamente gestionadas vienen del mercado de reemplazo (sustitución en los talleres) y el consumidor paga entre 0,80 céntimos (moto), 1,30 euros de un turismo o 2,30 euros de una camioneta por su reciclaje.
La mala gestión de estos últimos es lo que ha provocado el desastre ecológico que supone el incendio del vertedero de Seseña (Toledo). La mayor parte de los neumáticos allí depositados han sido usados y generados en España y cambiados en Toledo o Madrid, y comenzaron a acumularse allí porque en 350 kilómetros a la redonda no había ninguna planta para gestionarlos.
Al igual que ocurre con la otra docena de este tipo de vertederos «históricos»; en el país, nadie quiso pagar por reciclar, una situación que cambió a partir de 2006 con la entrada en vigor del real decreto que regula esta cuestión, año en el que arranca Signus, entidad responsable del reciclado de los neumáticos fuera de uso.
Desde Adalmo trabajamos junto a Signus para la recogida de neumáticos en Mallorca y Menorca.