¿Cómo se reciclan las baterías de los coches?

En España, gracias al desarrollo del reciclaje, ya no se extrae desde hace 25 años plomo, un material muy contaminante si no se gestiona de forma adecuada. Al aprovecharse casi al 100% el material usado, se logra que se puedan vender nuevas baterías con plomo reciclado.

Los ciudadanos pueden entregar las baterías usadas de sus vehículos en cualquier taller mecánico autorizado, en los puntos limpios o a un gestor autorizado como es Adalmo. Al realizar esta acción, el consumidor pone en marcha un sistema de reciclaje que desconoce pero que ofrece grandes beneficios ambientales.

Las baterías de los coches se pueden reciclar mucho más que las pilas: del 100% de pilas que se ponen en el mercado en España, se recoge un 45%, y de ese 45%, se recicla el 75% de su material. Ahora bien, las baterías de plomo son reciclables prácticamente al 100%, y ese material reciclado sirve y se utiliza para hacer nuevas baterías, ya que es un material que puede aprovecharse infinitas veces. En la actualidad, según datos de la FER, de lo que se pone en el mercado se recoge el 98,5%.

Al reciclar las baterías de los automóviles, se evita el impacto ambiental de la extracción y producción de materias primas, en este caso del plomo. De hecho, en España ya no se extrae plomo (la última mina de este material, en Peñarroya, se cerró hace 25 años).

Los consumidores que utilizan en sus vehículos baterías con material reciclado consiguen las mismas funciones que las baterías con la materia prima nueva, pero con un mayor beneficio para el medio ambiente y la salud. Para elegir una batería con material reciclado basta fijarse en su color: las baterías blancas contienen material nuevo, mientras que las negras llevan el material reciclado.

Por todas estas razones, la batería es el mejor ejemplo de economía circular y de reciclaje de calidad, ya que el residuo se convierte en un recurso valioso que puede aprovecharse de forma infinita para hacer nuevos productos.

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