El reciclaje de metales no es una opción, es la solución

Mientras va tomando cuerpo el nuevo modelo de Economía Circular en Europa y cada Estado miembro prepara su estrategia para implementarlo, la industria del reciclaje sigue inmersa en un proceso de I+D+i sin precedentes para aumentar las tasas de recuperación que serán claves para garantizar el suministro a las crecientes demandas del mercado, basándose en una apuesta decidida por el desarrollo sostenible.

Móviles inteligentes, robótica, vehículos autónomos, domótica… La demanda de materiales como por ejemplo de tierras raras, como el litio, cobalto y coltán, así como el neodimio, lantano, disprosio o el itrio, ha crecido de forma exponencial al convertirse en elementos esenciales en la fabricación de aparatos relacionados con las nuevas tecnologías y con las energías renovables. La demanda no dejará de aumentar, lo que hará el reciclaje de este tipo de residuos esencial e imprescindible.

La industria del reciclaje de nuestro país es vital, hasta el punto de que las plantas de tratamiento como Adalmo son las auténticas minas que garantizan la disponibilidad de estos metales. Los yacimientos antes o después se agotarán, el reciclaje de metales es infinito y se basa en el desarrollo sostenible, piedra angular de la Economía Circular.

En materia de contaminación, los datos son claros. Por ejemplo, por cada tonelada de aluminio que se recicla se evita la emisión de 3,5 toneladas de CO2 a la atmósfera; por cada tonelada de zinc, 1,8 toneladas; por cada tonelada de cobre, 0,81 toneladas, y por cada tonelada de estaño, 2,15 toneladas. En cuanto al ahorro energético, las cifras son todavía más concluyentes: sobre la extracción de materia prima, el reciclaje consigue reducir el consumo energético un 95% para el aluminio, un 85% para el cobre, un 74% para el hierro y el acero, un 60% para el zinc y un 65% para el plomo.

Si se atiende a las últimas cifras de recuperación en España, basta con hacer un cálculo solo por encima para comprender la importancia del reciclaje. En 2016, se gestionaron 7,2 millones de toneladas de chatarras férricas, 261.514 toneladas de envases metálicos, 114.000 toneladas de baterías de plomo ácido y se dieron de baja 611.446 vehículos.

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Es hora de estimular el uso de materias primas secundarias, ya que la alternativa es directamente el apocalipsis de un modelo basado en el producir-consumir-tirar. El reloj de la cuenta atrás hace tiempo que comenzó a descontar: tic, tac….

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