Hace ya tiempo que el sector del reciclaje cambió. Han llegado nuevas maquinarias, nuevas formas de tratar la chatarra, nuevos días. La “chatarra paleable” ya no se carga a mano sino con grandes máquinas. Las fragmentadoras, cizallas, prensas cizallas, trómeles, corrientes de Foucault… son cada vez más comunes entre nuestras herramientas diarias.
Hace ya años que abandonamos la forma de chatarrería de barrio y somos empresas modernas punteras en el Reciclaje, el Medio Ambiente, y la Gestión Integral de Residuos. Nuestras plantas cuentan con soleras especiales de hormigón, arquetas separadoras, tratamiento de aguas, zonas de lavado y un sinfín de elementos que demuestran la modernidad y máxima eficacia de nuestra industria.
Los técnicos pueblan nuestras tierras campas arriba y abajo haciendo informes sobre medioambiente, calidad, riesgos laborales o cualquier otra cuestión que nos afecta a todos, más allá del equipo humano o nuestros clientes. El archivo de documentación crece cada día más y más. EMAS, ISOs, Normas UNE, Marcado CE, puestas en conformidad. Somos gestores autorizados de diversos tipos de residuo.
Podemos ver nuestra empresa en Internet. Nuestra página web sirve como canal de entrada en la que se informa de todos los servicios y materiales que trabajamos. Es un canal junto a las redes sociales de divulgación de la buena gestión de residuos. Mandamos nuestras ofertas por e-mail y recibimos la confirmación por teléfono. Controlamos el peso y posición de nuestros camiones de manera electrónica. Un equipo detector de radiactividad mide las radiaciones gamma que pueda emitir una pieza de chatarra avisándonos a través de la pantalla de un ordenador del tipo de emisión.
Cuando paseamos por la calle y pasamos junto a un contenedor de obra ya no vemos tubos de cobre o rollos de cable que el fontanero o electricista despistado hayan dejado, todos estamos más concienciados de la segunda vida que podemos dar a los metales y con ella del ahorro energético del que se beneficia el planeta, incluso nuestro bolsillo. Hace tiempo que dijimos adiós a las chatarrerías de barrio.