El reciclado de chatarra

Conocemos como chatarra al conjunto de trozos de metal viejo o de desecho, especialmente el hierro. Algunos componentes de la chatarra tienen un valor económico y pueden ser reciclados una vez recuperado correctamente.

La chatarra o residuos metálicos pueden clasificarse en dos grandes tipos: 

  1. Chatarra de metales ferrosos: procedente del hierro y acero.
  2. Chatarra de metales no ferrosos: residuos de cobre, aluminio, estaño, plomo, cinc o níquel, entre los más conocidos.

El reciclado de chatarra es muy relevante en el sector de reciclaje, habida cuenta de la importancia y el volumen de residuos metálicos: chatarras generadas en desguaces, maquinaria diversa, cableado, vehículos de transporte en desuso, así como trenes o barcos, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, etc. 

Los gestores de residuos son los que recogen, clasifican y tratan toda esta chatarra para poder reutilizarla en nuevos procesos productivos. El acero y el hierro, del mismo modo que el resto de los metales, pueden ser reciclados una vez que su uso inicial ha llegado a su término. Pueden reciclarse prácticamente de forma ilimitada sin perder calidad, no importa cuál haya sido su origen (el acero es uno de los materiales más reciclados del mundo). Esto supone un importante beneficio medioambiental (reducción de la contaminación del aire y agua o menor generación de residuos) y a nivel económico supone ahorros en términos energéticos, menor uso de agua, y ahorros en el uso de materias primas.

Adalmo dispone de un equipo profesionalizado y altamente tecnificado para clasificar y tratar los diversos residuos recogidos, aplicando procesos de transformación físicos (corte, cizallado, prensado y empaquetado, etc.) u otros medios (separación manual, separación magnética, cribados). De esta forma, los diferentes materiales metálicos valorizables son segregados y separados unos de otros, procediéndose a la agrupación de las distintas chatarras obtenidas por materiales y calidades, para facilitar su transporte a las plantas de fundición y así volver a incorporarlos a una nueva cadena de producción y disponer de un elemento nuevo con todas las garantías.

¡Estamos a su disposición en la planta de recuperación de Ca’n Valero! Gran ventaja para el medioambiente y para nuestro bolsillo.

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