¡Socorro! Inspección ambiental

En el desarrollo habitual de la actividad económica de cualquier empresa existe la posibilidad de que haya un requerimiento de inspección por parte de las autoridades competentes, bien por una elección aleatoria, o bien por haberse detectado alguna irregularidad en el ejercicio empresarial.

Al igual que sucede en cualquier otra actividad, cabe que en algún momento los productores de residuos tengan que hacer frente a una inspección ambiental. Para salir indemne de una inspección, el primer requisito es ejercer la actividad de forma legal. A veces, aun teniendo las licencias correspondientes para ejercer la actividad, se producen incumplimientos de la normativa ambiental, bien por desconocimiento, bien por la complejidad existente a la hora de su aplicación, por diferentes interpretaciones de una norma o simplemente una información incorrecta o desfasada.

Ante la posibilidad de ser inspeccionado, la mejor solución es la prevención y que la propia empresa conozca si cumple o no. Cada vez más empresas del sector hacen frente a auditorías internas que valoran no sólo el estado financiero, sino también el grado de cumplimiento de la normativa vigente de las instalaciones, así como potenciales aspectos a mejorar, como, por ejemplo, las mezclas inadecuadas de residuos.

Una cuestión primordial es verificar que se está inscrito en el Registro de Productores de residuos, y que se dispone de los documentos de aceptación de los residuos peligrosos que se producen en las instalaciones, así como el archivo cronológico actualizado que incluya los residuos gestionados y sus correspondientes justificantes de entrega a gestor autorizado, como es Adalmo.

Durante la inspección se debe actuar con corrección y, si es posible, responder a todas las cuestiones planteadas, evitando especular y reconocer o asumir posibles responsabilidades derivadas del desconocimiento.

Es muy importante conocer que existe el derecho de poder realizar todas las alegaciones y observaciones que se estimen oportunas, especialmente en el caso de que el inspector haya levantado acta, y que no tiene que existir ningún reparo a hacerlas. Si no fuese posible hacer las aclaraciones en ese mismo momento manifestará que se aportarán a la mayor brevedad.

Una vez finalizada la inspección se pueden dar dos situaciones: una, que no se haya detectado ninguna infracción y, la otra, que se informe que se han cometido ciertas irregularidades en el desarrollo de la actividad. En el segundo caso, se debe guardar la información necesaria para preparar la respuesta de los hechos denunciados e, incluso, realizar la contestación en ese mismo instante. De esta manera se evitarán situaciones impredecibles con el tiempo, como que alguna de las personas necesarias ya no trabajen en la empresa.

En Adalmo ofrecemos asesoramiento técnico para realizar las consultas que se consideren oportunas. Puedes consultarnos aquí. 

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